Situada en la localidad de Riclones, en Rionansa, la cueva de Chufín cumple 50 años desde su descubrimiento.
Conocida también como la cueva del Moro Chufín, esta cueva fue olvidada durante años. Anteriormente ya era conocida y utilizada por los pastores de cabras pero desde la construcción del embalse de La Palombera, en los años 40, el acceso a la cueva quedó restringido debido a la dificultad para acceder a la misma.
Su nombre se debe a una leyenda, que cuenta que ahí fue oculto un tesoro en su interior que resultó ser las pinturas rojas que decoran su techo elevado y los grabados exteriores, situados en el vestíbulo (algo poco frecuente en el arte rupestre del Norte peninsular). La cueva cuenta con un espacioso vestíbulo, donde grabaron sobre sus rocas figuras de animales. Además, la cueva cuenta también con una amplia sala donde encontramos las representaciones artísticas más llamativas. Las representaciones se caracterizan por estar realizadas a base de puntuaciones y por su color rojo, así como por los grabados de animales realizados mediante incisión y abrasión. Gracias a su importancia, este conjunto rupestre fue declarado en el año 2008 Patrimonio Mundial por la UNESCO.
Para celebrar los 50 años de su descubrimiento, la cueva se podrá visitar hasta el 18 de septiembre de miércoles a domingo, con dos sesiones de mañana, a las 10:10h y a las 12:10h, y otras dos de tarde, a las 15:10h y a las 17:10h con un aforo máximo de 6 personas por sesión. Las reservas se pueden realizar a través de la web https://cuevas.culturadecantabria.com/reservas/ para o del teléfono de información de la cueva: 942598425.